viernes, 31 de enero de 2014

Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera: Monasterio de San Lorenzo de El Escorial


Planta, fachadas, patios, iglesia. 1563-1584.

Con motivo de la victoria de Felipe II sobre los franceses en la batalla de San Quintín el 27 de agosto de 1557 (día de San Lorenzo), el rey decide fundar un monasterio-palacio en la Sierra de Madrid. Con su construcción se logra un estilo renacentista hispánico (herreriano o escurialense) que perdurará hasta el siglo XVII. El proyecto inicial de Juan Bautista de Toledo era complejo: numerosas torres, y una fachada principal con menor altura para destacar la iglesia. A su muerte en 1567, Juan de Herrera simplifica y homogeniza los volúmenes dándole su aspecto definitivo. Y puesto que no se destaca la iglesia desde el exterior, construye una “falsa” portada.

Formalmente se caracteriza por su desnudez decorativa, por la abundancia de formas geométricas (cubos, pirámides, esferas), por un orden gigante inspirado en Palladio, y por unos volúmenes bien definidos con predominio de las horizontales. Los tejados toman la tradición flamenca de los chapiteles: cubiertas de madera de pendiente pronunciada, recubiertas de pizarra.

La planta toma la traza simbólica de una parrilla, en recuerdo al martirio de San Lorenzo. Es bastante compleja, como consecuencia de su diversidad de funciones: panteón dinástico, palacio, convento, colegio y biblioteca. Cada parte posee su decoración y tratamiento específico, pero se subordina al conjunto, a la traza universal. Desde la entrada existe un eje principal compuesto por la iglesia, el panteón y las estancias reales (única zona que sobresale del enorme rectángulo que es el edificio). A la derecha queda el monasterio, y a la izquierda el colegio. La iglesia y la biblioteca (sobre el ingreso) establecen dos ejes secundarios transversales.

Este planteamiento corresponde a las nuevas estrategias de representación que acompañan a la monarquía hispánica. La majestad del rey es tal que hace innecesario el boato exterior, las solemnes entradas y los pomposos recorridos. No requiere de la contemplación: es un rey escondido que se refugia (temporalmente) en una naturaleza humanizada (huertas y jardines)  o salvaje (montes dedicados a la caza).

El majestuoso patio de los Reyes comunica la fachada exterior con la basílica. Ésta tiene planta de cruz griega, con cúpula sobre tambor, apropiada por su función funeraria. El profundo coro, sin embargo contribuye a crear el efecto de una planta longitudinal, en sintonía con lo establecido en el concilio de Trento. A ambos lados del presbiterio se encuentran los grupos orantes de Carlos I y Felipe II con sus respectivas familias. El panteón, bajo la iglesia, fue terminado y decorado en estilo barroco en el siglo XVII. Sobre la entrada principal se encuentra la Biblioteca, pieza fundamental en el plan de un rey humanista como Felipe II. Es el nexo entre la cultura sagrada (convento) y la profana (colegio). Su bóveda presenta un complejo programa iconográfico centrado en la unión de la razón y la fe, y en el papel de las artes liberales, la filosofía y la teología.

Ante la ausencia de espacios creados para la ostentación del poder real, en el siglo XVIII los primeros Borbones construirán una magna escalera y unos aposentos con un carácter más palaciego, en sintonía con los nuevos modelos creados en Versalles.
 

Posible evolución del proyecto constructivo
Fachada occidental
Fachada sur
Fachada oriental
Fachada norte
Portada principal
San Lorenzo
Detalle de torre campanario
Los tejados de pizarra
La cúpula
Patio de los Reyes
Patio de los Reyes hacia el exterior
Fachada de la basílica
Reyes de Judá
A la derecha, David
A la izquierda, Salomón
Acceso a la basílica
El atrio
Cúpula plana
El coro
Desde el coro
El crucero
La cúpula
La cabecera
Detalle del retablo
Monumento funerario
Felipe II y su familia
Panteón real, de estilo barroco
Biblioteca
Otra vista de la biblioteca
Bóveda de la biblioteca
Esfera armilar
Patio de los Evangelistas
Otro patio
Patio de los Mascarones
Palacio de los Austria
Palacio de los Austria
Sala de las Batallas
Palacio de los Borbones: bóveda sobre la escalera
Palacio de los Borbones: salón de estilo Imperio
Jardines
Jardines
Jardín del Rey


Pedro Machuca: Palacio de Carlos V (Alhambra de Granada)

 

A raíz de su única visita a Granada, Carlos I encarga un nuevo palacio en la Alhambra a Pedro Machuca, que ha vivido en Italia y ha sido discípulo de Bramante y Rafael. Iniciada su construcción en 1527, el palacio se basará en una estructura típicamente renacentista, la superposición de un cuadrado y un círculo, las dos figuras geométricas consideradas más perfectas. Es la primera construcción plenamente clasicista de España.

Las fachadas son de composición horizontal. El piso inferior presenta un potente almohadillado, con pilastras también almohadilladas que separan dos ventanas superpuestas, circular y recta. El piso superior posee aparejo liso, pilastras jónicas, y el mismo juego de ventanas. La portada es espléndida. Sobre basamentos historiados con relieves, parejas de columnas adosadas (toscanas y jónicas) separan los tres ingresos y las tres ventanas superiores, todos ellos con frontones rectos y curvos. Las ventanas circulares son sustituidas por medallones historiados.

El patio recuerda al mejor Bramante. Es circular, y mide 31 metros de diámetro. La planta baja está recorrida por columnas de orden toscano; el muro de la crujía presenta pilastras en correspondencia con las columnas, arcos de medio punto y grandes hornacinas; se cubre con una bóveda anular. Sobre el entablamento se levanta un basamento para el piso superior (hace las veces de antepecho), compuesto por columnas de orden jónico.