domingo, 27 de octubre de 2013

La Acrópolis de Atenas y el Partenón

La procesión de las Grandes Panateneas
La Acrópolis sobresale unos cuarenta metros por encima del llano circundante. Sus laderas caen a pico, excepto por la pendiente más suave del oeste. Ya en el siglo XII a.C. constituye la fortaleza más importante del Ática, pero paulatinamente va perdiendo su carácter defensivo, y acaba por convertirse en su santuario central en el siglo VI a.C. Aunque son muchos los dioses que poseen aquí un santuario, destaca desde antiguo el culto a la diosa Atenea, venerada en la Acrópolis bajo varias imágenes. La fiesta de su nacimiento, que se celebra a últimos de julio, constituye el punto culminante de las fiestas religiosas del año. Desde el año 566 a.C. y cada cuatro años, se celebran las fiestas de las Grandes Panateneas, en las que toda la población sube en procesión para ofrecer a la diosa un peplo o vestido sagrado.

La Acrópolis en el siglo VI aC.
La forma y disposición de los santuarios cambiaron a lo largo de la historia. A principios del siglo V a.C. existía una docena de edificios (entre ellos el viejo templo dedicado a Atenas -el Hekatompedón- y uno nuevo todavía en construcción) que fueron totalmente destruidos con la ocupación persa de 480 a.C. El apogeo de Atenas tras su victoria en las guerras médicas permitirá a su gobernante Pericles emprender un vasto proyecto de reconstrucción, con la colaboración de los arquitectos Iktinos y Mnesicles, y del escultor Fidias. Con ello se persigue afirmar en el poder al partido popular de Pericles, y manifestar a toda Grecia la magnificencia y fuerza de Atenas, especialmente de cara al previsible enfrentamiento con Esparta. Por tanto, junto con su vertiente religiosa, debe advertirse el cariz propagandístico que también reviste.

La primera novedad fue una colosal estatua de Atenea Prómacos (armada, en actitud de lucha), obra en bronce de Fidias. Situada en el centro mismo de la colina, se dice que los marinos que se acercaban al puerto vislumbraban desde lejos el brillo de su lanza y de su escudo.

Las obras básicas, de ejes aproximadamente paralelos, son el Partenón, el Erecteión y los Propileos; su proyecto fue presentado por Pericles a la asamblea popular en 447 a.C., y  ejecutado en varias fases. A ellos hay que añadir otros edificios, altares y santuarios diversos.



La vía procesional penetra en la Acrópolis por los Propileos, y la atraviesa en sentido longitudinal, ascendiendo lentamente de cota. Los hitos visuales varían: en primer lugar está la estatua de Atenea Prómacos, y después el lateral del Partenón. Al final, se accederá a éste si se gira a la derecha, o la gran plaza de fiestas si es a la izquierda. Este gran espacio queda limitado por el témenos del antiguo templo de Atenea, el Erecteion, y el altar de Atenea. Los restantes santuarios se subordinan a este conjunto principal. Algunos son mucho más antiguos, y están cercados por témenos: son el de Zeus Polieo, y el de Pandión (hijo de Cécrops y padre de Egeo). Otras construcciones son el recinto de Artemisa, la Calcoteca (que conservaba los exvotos de bronce), y la Casa de las Arréforas (servidoras el templo).



El Partenón

En el lado sur de la Acrópolis se construye (447-437 a.C.) el nuevo templo dedicado a Atenea Pártenos, de quien procede el nombre de Partenón (habitación de vírgenes). Sustituye al antiguo templo de Atenea (situado más al norte) y asimismo al que se encontraba en construcción cuando fue destruido por los persas. No es tanto un templo de culto (carecía de altar propio), como un monumento enaltecedor de Atenas.

Los arquitectos Ictinos y Calícrates le dan unas dimensiones espectaculares, que le hacen destacar sobre toda la Acrópolis: mide 33,88 por 69,50 metros. Es un templo períptero y octástilo (8 columnas en los frentes, por 17 en los laterales) de orden dórico. Se atiende meticulosamente al efecto visual que produce en el espectador, y de ahí las consabidas correcciones ópticas: éntasis de los tambores centrales de las columnas, los elementos horizontales poseen una ligera convexidad hacia el interior del edificio, las columnas angulares son ligeramente más gruesas, y se inclinan hacia el centro, etc. El muro exterior de la cella está recorrido por un majestuoso friso corrido esculpido de un metro de altura, lo cual supone una novedad en el orden dórico, más sobrio que el jónico.

Si el exterior es majestuoso, el interior lograba sobrecoger al espectador. Tras la pronaos, la cella está recorrida por una fila de columnas dóricas superpuestas que se unen en el fondo (un auténtico deambulatorio), y que enmarcan a la majestuosa estatua criselefantina de Atenea Partenos, de unos doce metros de altura (la de la misma cella). Atenea aparecía con yelmo, armadura, lanza y escudo de oro, mientras que el resto del cuerpo era de marfil. Desde el opistodomos se accedía a una segunda sala o adyton, cuya finalidad original no se conoce con seguridad; en época posterior sirvió para guardar las ofrendas y los objetos de culto. Su cubierta descansaba posiblemente sobre cuatro columnas de orden jónico.

Sección y planta.
Alzado
Fachada este
Fachada oeste
Lateral sur y fachada este
Lateral norte y fachada oeste
Interior
Orden dórico
Las columnas
El entablamento
El entablamento
Reconstrucción del pórtico sur
Reconstrucción de la cubierta
Réplica en Regensburg (Alemania)
Réplica en Nashville, Tennessee (EEUU)
La decoración escultórica, coordinada por Fidias y que estudiaremos más adelante, forma parte del programa político y religioso de Pericles. El frontón de la fachada oriental, la principal, representa el nacimiento de Atenea de la cabeza de Zeus, y el asombro de todos los dioses ante un día tan singular. El frontón occidental narra la competición entre Atenea y Poseidón por la posesión del Ática; la primera consigue el triunfo con la concesión del olivo a los hombres. Las 92 metopas (de 1,5 metros de altura) narran cuatro leyendas míticas de la historia de Grecia: la gigantomaquia o luchas entre los titanes y los dioses; la centauromaquia o lucha de Teseo, el héroe y rey mítico de Atenas, contra los centauros; amazonomaquia, que simboliza las recientes guerras contra los persas; y episodios de la guerra de Troya. Queda por último el largo friso del muro exterior de la cella que representa la procesión de la Gran Panatenea, con la presencia de todos los ciudadanos atenienses; el solemne rito es observado por los dioses principales, sentados en sus tronos.
Restos de la decoración escultórica de los frontones
Reconstrucción ideal de los frontones
Metopa con el combate entre un centauro y un lapita
El friso de las Panateneas, en el Museo Británico
Atenea de Varvakeion
La naos de Nashville
El Partenón subsistió en bastante buen estado convertido primero en iglesia y luego en mezquita. Sin embargo, en 1687 ha sido convertido en un polvorín al que una bomba veneciana hizo saltar por los aires. Más tarde, a comienzos del siglo XIX lord Elgin arranca la mayoría de las esculturas y las traslada a Londres, donde se encuentran en la actualidad.

Reconstrucción de la explosión de 1687
Propileos y templo de Atenea Niké

La otra gran realización de Pericles son los Propileos, monumentales pórticos de acceso a la Acrópolis, realizados por Mnesicles. Su fachada exterior es dórica, con dos alas laterales avanzadas. La septentrional daba paso a la célebre pinacoteca. En cambio, el interior del conjunto es jónico. La obra quedó inacabada, y los sectores más conservadores obligarán a respetar la zona situada al sur, viejo bastión micénico donde se llevan a cabo ancestrales cultos protectores. Allí Calícrates construirá el pequeño templo de Atenea Niké (Atenea victoriosa), llamado de la Niké Áptera (la victoria sin alas). Es anfipróstilo y tetrástilo, de orden jónico.
Acceso a la Acrópolis
Planta
Propileos, desde el interior de la Acrópolis
Pinacoteca
Orden jónico
Templo de Atenea Niké, anfipróstilo
Templo de Atenea Niké, pórtico este
Erecteion

La tercera gran transformación se realizará tras la muerte de Pericles, a partir del 420 a.C. Es el Erecteion, situado al norte del Partenón, y el más complejo de los templos de la Acrópolis, ya que se construye sobre diferentes niveles, y combina cultos diversos. Quizás sea obra de Mnesicles. Se utiliza el orden jónico, considerado el más propio de Atenas, pero enriqueciéndolo con dorados, y piedras y vidrios de colores. La parte oriental posee un gran pórtico hexástilo que daba acceso al recinto de Atenea Políada (ciudadana). Al norte, y en un plano inferior, se abre el profundo pórtico tetrástilo que da paso al santuario de Poseidón, donde se conservaban las marcas que su tridente produjo sobre la roca, en su competición por la ciudad. Desde aquí se accede a las cámaras para el culto a Cécrops y Erecteo, míticos reyes de Atenas y árbitros en la disputa entre Atenea y Poseidón. Hacia el sur, pero contigua a la zona anterior, se abre la tribuna de las Cariátides, junto a la zona dedicada a Pandrosa, hija de Cécrops.
Reconstrucción ideal
Planta
Pórtico este
Pórtico norte y lateral oeste
Tribuna de las cariátides, mirando a la gran plaza
Capitel jónico
Friso decorativo de ovas y dardos, palmetas...
Techumbre interior del pórtico norte

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