Bramante: San Pietro in Montorio

Convento franciscano de San Pietro in Montorio

Roma. Granito, mármol, travertino y estuco. 4,5 metros de diámetro interior. Desde 1502.

Los Reyes Católicos encargan a Donato Bramante en 1502 la construcción de un templete para conmemorar el lugar donde crucificaron a San Pedro, dentro de un convento franciscano. El arquitecto, llegado recientemente a Roma, idea un pequeño tholos períptero, un edificio circular que en la tradición cristiana se relaciona con la custodia de reliquias. Es un memoria, un edificio conmemorativo en el que el interior apenas existe.

Sobre un basamento de tres peldaños se alzan las dieciséis columnas toscanas con su correspondiente entablamento, rematado con una balaustrada. El cuerpo superior nos presenta el muro articulado por pilastras y hornacinas. El conjunto se corona con una cúpula semiesférica que culmina en una pequeña linterna. En el interior se reproduce el esquema exterior: es un cilindro en el que la altura es dos veces su diámetro, ordenado en dos niveles. En el inferior, se combinan parejas de pilastras con pequeñas exedras cubiertas por pequeñas bóvedas de horno aveneradas.

Lo ornamental queda reducido principalmente a lo propiamente arquitectónico: columnas, entablamentos, nichos... El resultado es la sobriedad y la elegancia que va a caracterizar la arquitectura del cinquecento. La cripta, sin embargo, presenta un aspecto muy diferente, por el uso de mármoles de gran variedad cromática, y de estucos ricamente trabajados, especialmente en la bóveda rebajada.

Según el proyecto inicial, el templete debía ser el centro de un claustro circular, también de dieciséis columnas (aunque de mayor escala), inmerso en un cuadrado, y con capillas treboladas en los vértices. Aunque no llegó a construirse este patio, el templete quedó como el mejor ejemplo de la moderna arquitectura antigua: Sebastiano Serlio le concedió en 1537 la misma importancia que al Panteón o al Arco de Tito.

La cripta