Épila Arte 2: Auguste Rodin: Los burgueses de Calais

El ayuntamiento de Calais, con el grupo delante.

Bronce, 200 por 250 cm. 1885-1895. Calais (Francia).

A finales del siglo XIX la ciudad de Calais deseaba realizar un monumento para conmemorar el 550 aniversario de su liberación de los ingleses. El año 1346, durante la Guerra de los Cien Años, Calais es asediada por el rey Eduardo III de Inglaterra. Cuando está a punto de caer, éste acepta conceder una capitulación honorable con la condición de que Eustache de Saint-Pierre y otros cinco ciudadanos prominentes se entreguen como rehenes, dispuestos a ser ajusticiados. Éstos aceptan valientemente, y se presentan en el campamento del rey inglés preparados para la ejecución: descalzos, con amplias camisolas y sogas al cuello. Pero finalmente, gracias a la intervención de la reina, la condena no se aplicó.

La obra, de compleja realización a causa del obsesivo trabajo del artista y a la falta de fondos de la ciudad, se presentó por primera vez, aunque incompleta, en una exposición de su obra, conjuntamente con la del pintor Monet en 1889 en la galería Georges Petit de París. Aún tardará en concluirse el vaciado de todas las figuras: no se inaugurará en Calais hasta el 8 de junio de 1895, después de bastantes discrepancias entre el artista y el ayuntamiento, relacionadas sobre todo con el emplazamiento de la obra. Finalmente, y en contra de la petición de Rodin, se la sitúa sobre un alto basamento. Actualmente el grupo carece de pedestal, según la idea original del escultor, que quería subrayar de este modo el carácter ciudadano e igualitario de sus protagonistas.

Rodin abandona cualquier jerarquización, y concibe una obra que evoca de forma colectiva a los seis protagonistas del hecho, sin privilegiar a ninguno de ellos. Aparecen descalzos, sin camisa, con la cabeza al descubierto, y con cuerdas al cuello y las llaves de Calais en la mano. Se diferencian entre sí por la edad y el temperamento, y por las diferentes actitudes con las que reaccionan: rabia, pena, desesperación...
Son figuras fuertes, miguelangelescas, aparentemente deterioradas o inacabadas. Guardan una profunda relación entre ellas, y la diversidad de puntos de vista invita a rodearlas y, de algún modo, interactuar con ellas. Las rugosas superficies crean interesantes efectos lumínicos que podemos relacionar con los pintores impresionistas.

Pero a pesar de que Rodin les da expresividad y dramatismo, el resultado fue considerado en su época antimonumental: se quiso advertir una falta de exaltación heroica (al modo romántico) y de coordinación entre los personajes. En realidad, y como en buena parte de su obra, Rodin se está adelantando a su tiempo: abandona el mundo de la escultura academicista, de un realismo sentimental, y muestra las nuevas direcciones que recorrerán los escultores del siglo XX.